¿Qué le ocurre a esta sociedad enferma e hipócrita?
¿Acaso ya nos hemos rendido al miedo?
Miro a mi alrededor y sólo veo gente con miedo. Con mucho
miedo. Pasiva ante las injusticias, conformista, sin mover un solo dedo para luchar.
¿Qué fue de los ideales, del respeto, de los principios, de
la dignidad humana?
Veo una masa podrida de gente, un amasijo de cobardes
dejando destruir todo por lo que generaciones enteras habían luchado y muerto.
Pienso en todas esas personas que dejaron su vida y sacrificaron todo y, miro
nuestro presente y la tristeza y la indignación que siento es inefable. Esa
gente que murió para que toda mujer y hombre pudiera votar, por una verdadera democracia.
Los que lucharon contra la esclavitud y por un trabajo digno, por los derechos
de los trabajadores, por una sanidad universal y educación públicas. Dejando su
sangre esparcida por las calles y las lágrimas de sus seres queridos derramadas
en el suelo. Todo lo que habíamos ganado tirado al retrete en un abrir y cerrar
de ojos, por una quimera, la mayor de las mentiras, una crisis inventada por
una élite que ahora es más poderosa y amasa más dinero, que cuando toda esta
absurda locura comenzó. Nos engañaron y nos robaron, y no hemos cambiado nada.
Solo unos pocos salieron a la calle para intentar cambiar algo y reclamar
justicia, y fueron llamados “freakys” o “perros flauta”. ¿Dónde estaba la clase
obrera que tanto había luchado en otras épocas, por unos derechos que nos han
quitado en un pestañeo? ¿Dónde estaba la mayoría de los universitarios,
vanguardia siempre de los grandes cambios sociales? Así con tele basura y la más
pura ignorancia e incultura, ellos habían sembrado una semilla de podredumbre
en nuestras mentes, cuando éramos unos niños. La generación pop, la generación
nini, la generación perdida…Así ganaron y, mientras hemos perdido toda la
cultura y progreso por el que las generaciones anteriores lucharon, esta masa
de zombis devora hamburguesas, drogas o cualquier programa televisivo fútil, que
solo ocupa el espacio de vacío espiritual que abunda en esta nueva generación
decadente.
Sólo veo gente
con la cabeza agachada atendiendo sus móviles, ajetreados y atareados en la
engañosa tecnología, que no mira nada de lo que ocurre al derredor y menos aun
lo que hay dentro de ellos mismos. No se conocen ni hacen por conocer. Es la ignorancia
absoluta. La generación de lo quiero todo y lo quiero ya, pero sin ningún esfuerzo
o sacrificio. Y es así amig@s, como hemos destruido toda nuestra cultura, todo
lo que una vez fuimos, sustituyéndolo por comida rápida made in USA, o por la
moda más frívola y vacía que existe, la de la apariencia. Todos intentando
aparentar cuando no saben ni lo que ellos mismos son. No se lee salvo lecturas
fáciles que hablan de culebrones modernos y romanticismos de pijos suburbanos,
que no se corresponden con nuestra realidad, salvo por el consumismo más cruel
que ha existido. ¿Qué fueron de los clásicos como los Hermann Hesse o los
George Orwell? ¿De esos genios y escritores? Viendo esta vergonzosa realidad,
no me extraña que ahora sean l@s E. L. James los que son leídos y se vendan
como rosquillas. Insertando en nuestras mentes llenas de pura mierda más basura,
llenándonos de excrementos el cerebro y agujereándolo con el virus del capricho
rápido. Perdonen mis palabras amigos, pero mi cabreo es cada vez más grande,
pues estoy realmente indignado y enojado con esta generación, a la que yo
también pertenezco.
El principal
hobby de la gente joven hoy día es salir a emborracharse a una discoteca y como
estacas clavadas en el suelo, no bailan, no disfrutan, tan solo permanecen con
el cuerpo recto moviendo la cabeza como un faro, a ver cómo impresionar con sus
prendas a la última moda, elaboradas en talleres ilegales de Bangladesh con la
sangre y las heridas de un niñ@ esclavo y escondidas bajo una marca de falso
glamour. Por cierto, glamour, que palabra tan “graciosa” se han inventado, y cuánto
daño hace y ha hecho. La palabra favorita de los snobs y de los seguidores de Instagram,
la última joya de las redes sociales, nunca he visto algo más decadente, un
auténtico ingenio atonta cabezas para crear un nuevo ejército de ignorantes que
se sume a la cuenta. Dentro de esas cabezas no hay ni la más mínima inteligencia
¿Dónde está esa inteligencia qué tanto se valoraba antes? Los nuevos “listos”
que solo piensan en cómo estafar y robar dinero han sustituido a los verdaderos
inteligentes. Estos nuevos tipejos presumidos y bien vestidos, que viven del pillaje y la estafa, son el nuevo modelo a seguir. Y qué decir del nuevo
prototipo, de patillas largas, polo con caballo sobre dimensionado y cinturón
con la bandera de España, presumiendo ser patriotas y de los españoles que son.
Nunca vi peores españoles, pues no quieren ni un trozo de tierra, ni río
alguno, ni montaña, ni a persona alguna que no piense en el dinero como ellos
hacen. Queman los bosques para construir el embrión de la próxima crisis
inmobiliaria y contaminan las calles con sus porches, mientras conducen hacía
Marbella o Ibiza para derramar champán de 1000 euros la botella en la cara de
sus grupis pijas, que más que personas son estatuas estéticas de silicona y
plástico, y de fondo blanqueo de dinero y negocios sucios, de drogas y
prostitución. Estos son todos ellos, los iconos a los que parece que la gente
aspira hoy día, los Julián Muñoz, Aznar o Bárcenas. Pero es peor aún ¿Qué fue
de la izquierda autentica y digna que luchaba por el pobre? Estos aún son
peores, pues se han vendido por el color del dinero y corrompiéndose en el
mismo juego, son igual de derrochadores. La política sucia ha destruido a la verdadera
política que una vez nació para hacer un mundo mejor y más justo. La política
de ahora consiste en contentar a las grandes compañías, a los McDonalds, Coca Colas,
Telefónica o compañía. Ellos son los que dirigen y gobiernan, a través de sus
perros corruptos, que hoy se supone que se sientan en el congreso de los
diputados. Un lugar donde hay pocos verdaderos políticos y muchos
ladrones de guante blanco.
Y en este mundo
que ya hemos hipotecado, en este panorama donde hemos herido de muerte a la
naturaleza que nos sustenta, con esta nueva sociedad genocida y psicópata, que
ha matado la esperanza del mañana por el que una vez nuestros abuelos pelearon,
ahora empieza a criticar, que se ayude a un pueblo que está huyendo por
consecuencia directa de nuestros excesos. Gente que no he visto mover un pelo
para cambiar la situación o por ayudar jamás a nadie más que no sea su propio
ego, ahora se cree con derecho a juzgar a esta gente que está recorriendo miles
de Km por un mañana. Familias rotas, viudos, viudas, huérfanos, huérfanas...todos
con el corazón hecho añicos, y me encuentro con los más despiadados mensajes o
las mentiras más grandes para criticar esto. Que se intente ayudar a un pueblo
que probablemente esté en esa situación por nuestra culpa. Probablemente no,
seguramente. Pues cuando consumimos el petróleo Sirio o el gas Sirio, no hay
queja alguna. Y las causas más profundas de esa guerra puede que sean la
consecuencia de una sequía extrema que llevan viviendo más de 6 años, ¿y quién
está detrás de eso? El cambio climático ¿Y quién es el máximo responsable? Las
sociedades occidentales que han consumido la mayor parte del petróleo llenando
de dióxido de Carbono la atmósfera. Es decir, ¡¡NOSOTR@S!! ¿Y quién subvenciona
esta guerra y les vende armas? NOSOTR@S ¡Qué ironía tan cruel! Con el dinero
que se ha invertido en fabricar estas armas y promover las guerras, se hubiera solucionado
el otro gran problema del mundo, el hambre crónica que padecen más de mil
millones de criaturas sobre la faz de este bello planeta, que está empezando a
sucumbir. Y así la misma generación que no ha movido un dedo por nada, salvo
por sus propios egos y comprar artículos inútiles, para que los Rockefeller y
compañía se forren, se queja de que se intente ayudar a esta gente. Creciendo
el racismo en Europa y la intolerancia, recordándome a los tiempos más oscuros
de Hitler, pero cómo ya nadie lee o sabe sobre la historia, pues están más
preocupados por ver el nuevo Gran Hermano, no es de extrañar que otro o más
como aquel tirano nazcan de las entrañas del viejo continente, difundiendo el
miedo. Y eso interesa, pueblos asustados e ignorantes, para controlarlos, para
usarlos como mercancía, los nuevos esclavos del usar, comprar y tirar. Las
carcasas andantes, cuerpos bonitos que no albergan neurona alguna y que odian a
todo lo que es diferente y que están más asustados que nunca.
¿Dónde queda la
dignidad humana? ¿Qué fue de ella? ¿Dónde están los valientes? Creo que ya
pocos quedan, pero si mis palabras te han agitado y cabreado, puede que sea ya
un paso. Y como siempre recuerdo, yo no me considero un ejemplo por escribir
esto, es más yo peco igual, pero ahí está el primer paso, en ser consciente y
no sucumbir a la oscuridad de la ignorancia. ¡¡Sigamos el camino de la lucha
cultural!! Buenas tardes.
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