inquietud tus miedos,
la esperanza del aliento,
mece el espiritu infinito,
soplando y agitando,
nos trae la visión del futuro,
y el mañana amanece despierto,
Contando sobre nuestros ancestros,
el aire respira las historias,
ahora en el olvido,
pero no desaparecidas,
pues entre el agitar del viento,
ellas siguen ocultas,
hablando sobre los tiempos,
Solo los sabios saben encontrar,
las verdades clandestinas,
la carcasa de hojalata,
y el pellejo de vino,
confunden al humano común,
pero no al sensato,
y menos aún al anciano,
El petirrojo que vuela solo,
en los inviernos norteños,
siempre a contra corriente,
como el salmón de río,
pues ya son los únicos valientes,
pues no viven en la negación,
de superar al hombre.
J.S.Santiago 8/11/2015
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