domingo, 17 de mayo de 2015
La mística cuerda del mañana
Resonarán las últimas trompetas junto a la mística cuerda del mañana. El eco retumbando desde la montaña al profundo valle, y el tiempo, fundidos en el mismo instante. Nacemos y morimos solos, es solo viaje de ida, sin embargo hay que irse con una onda herida en el interior del pecho y una lágrima en la mejilla, pues será señal de que has vivido. Vivir dejando una huella imborrable en el recuerdo, tan intensamente que ni las cenizas del ayer puedan reclamarte. Con intensa luz y espíritu, lo suficiente como para alejar las tinieblas del derredor, y que el ocaso se convierta en un nuevo amanecer.
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