miércoles, 28 de junio de 2017

Los olvidados

Hoy se celebran 40 años de la victoria de la democracia en España. Tristemente, ahora la vemos corrompida hasta la médula, decadente y moribunda, a las pruebas me remito, pero no voy a entrar en ese tema, simplemente hay que mirar alrededor y no ser ignorante para ver estos hechos.


    Sin embargo, quiero centrarme, eso sí de forma breve, pero que valga como homenaje, a una generación olvidada, que aún vaga sin justicia y reparación en su identidad, donde hay un daño profundo, en lo inconsciente colectivo y que aún a día de hoy arrastramos. Me refiero a las víctimas de esa cruel dictadura que desde que realizara un golpe de estado ilegal en 1936, para derrocar a una república moderna, no esclava de un sistema feudal acarreado desde la edad media, como es la monarquía. Ilegalmente se levantaron las armas contra el pueblo y lo que este había elegido libre y democráticamente, tiñéndose de sangre las bellas tierras de la querida España. Por el hambre de poder de uno de esos hombres bajitos, que la historia nos ha enseñado que son los más peligrosos. De su raquítico cuerpo y su débil voz, un complejo psicópata que convenció a otros de hacer una guerra que dividiría el alma de los españoles desde entonces. Luego llego la dictadura y la represión. Los datos dan escalofríos, son aproximaciones, pero no al alta, para que que nos hagamos una idea de la locura de aquellos oscuros tiempos:


-Más de 2.000 fosas comunes identificadas de momento, puede haber muchas más.
-Las cifras bailan y pueden llegar a más 200.000 desaparecidos.
-Hasta 46.000 personas ejecutadas durante la posguerra.
-Unos 367.000 prisioneros en campos de concentración franquistas.
-15.000 acabaron en campos de concentración nazis.
-Más de medio millón de personas consiguieron huir al exilio en un viaje lleno de penurias.
-Hacia 1940 ya había casi 300.000 personas detenidas en prisiones del estado.


    Este genocidio, ha llevado a España a ser el segundo país tras Camboya con más desaparecidos de los cuales sus restos no han sido recuperados, o identificados. La ONU sigue insistiendo a España que se acate la ley de memoria histórica y se haga justicia. Pero, España sigue ignorando las advertencias de las naciones unidas, lo que nos convierte en un país retrasado y con una imagen pública vergonzosa. Aunque esos que ahora andan en el poder quieran vender la “marca España”, sólo estamos en cabeza de rankings como este tan indigno.


    Hace poco tuve una interesante conversación con un buen amigo. El sostenía que el pasado no debe removerse, que es mejor así. Este argumento lo he ido encontrando una y otra vez en los ciudadanos españoles, acerca de este tema. No obstante, si recordamos a lo que ese gran médico psiquiatra y sabio suizo decía en su amplia y profunda obra, comprendemos que eso no es cierto. Carl Gustav Jung, sostenía que si no había una reconciliación espiritual con nuestro pasado, las siguientes generaciones heredarían los mismos miedos, rencores, odios y problemas, que les generaciones anteriores. Que debe de haber una reparación, una asimilación y finalmente un perdón. Para que se pueda conseguir superar esos males, un descanso y vencer ese estado de pérdida y dolor. Jung ha sido tal vez el investigador que más ha indagado en estos temas y en la psique humana. También creía que los cadáveres deben identificarse y enterrarse, para que pueda haber una despedida con sus seres queridos, mientras no sea así, las siguientes generaciones arrastrarán ese dolor, luto, aflicción y vacío. Por eso es vital que esto suceda. Además, de que se haga justicia, se reconozcan los crímenes, los criminales y se de un perdón sincero. Mientras esto no se haga, habrá una fractura en la psique colectiva del pueblo que ha sufrido una gran injusticia y conmoción, así creía Jung y eso ocurre con los españoles. El ejemplo de todo esto, lo podemos ver claramente hoy día en nuestra patria: un odio no asimilado, no curado y una violencia aún latente, una sociedad polarizada, en dos bandos que se odian mutuamente, y hasta que esto no se solucione, no habrá una reconciliación, una asimilación de estos dos polos, en lo inconsciente colectivo. Hasta ese punto estaremos condenados a repetir los errores del pasado, una y otra vez, en un círculo malicioso del tiempo.  Se debe reparar el daño hecho y se produzca así una cura final, en el espíritu de un pueblo, en este caso, nuestro pueblo.


    Otros argumento que suelo escuchar con frecuencia, nacido de una ignorancia superficial es: que el otro bando también hizo crímenes, refiriéndose al lado republicano. Y es verdad. También los hubo, pero parecen olvidar que este bando perdió la guerra y se juzgaron esos crímenes. Teniendo en cuenta, que en una guerra, el mal campa a sus anchas y no se puede criminalizar a un bando y al otro no. Así el bando republicano perdedor, sus “monstruos” fueron juzgados, pero los monstruos del otro bando, del franquista, salieron exentos y libres de ser juzgados, desde entonces y tristemente hasta nuestros días. Pero, se llegó más lejos, a los inocentes, se los torturó, se los reprimió, se los persiguió y les privaron de su libertad. Ellos, que eran culpables de pensar diferente, sin tener en cuenta que muchos eran señalados por envidia y disputas rurales. Así que fueron inocentes a los que durante cuatro décadas se les arrebató la libertad y se les rompió el alma. Se los asesinó, violó, torturó y despreció. Familias enteras rotas, desechas y destruidas, que nunca han alcanzado una justicia merecida. De aquellos barros, estos lodos, por eso hoy día los españoles nos comportamos como nos comportamos. Hasta que no solucionemos ese mal, la enfermedad que ataca nuestras almas seguirá con nosotros. Por ello, aún se ven personas que idolatran cual dios a ese diminuto dictador y asesino, bares que incluso lo homenajean y estúpidos que se ríen de las víctimas del franquismo y jactan de ello. Hasta muchos van con simbología nazi, agrediendo a otras personas, como si hubieran ignorado el pasado por completo. Estos ganados ni siquiera son perseguidos como criminales. Cosa que sólo ocurre en España. Otro tema que no logra entenderse, síndrome de doble moral característica española, es que con las víctimas del terrorismo de ETA, si hay un pensar unánime de la población, se actúa siempre rápido y correctamente, como es debido, pero al terrorismo de estado ocurrido entre 1936 y 1975, se haya ignorado, ocultado y enterrado, bien hondo. Algo muy peligroso, como Jung o Freud prueban en sus obras teóricas.



    Con estas líneas, simplemente quiero denunciar la gran injusticia que pesa sobre los hombros de nuestro pueblo, que aún no podemos olvidar, pese a que algunos así lo crean, pues está bien incrustado en nuestro interior, y mientras no se resuelva este capítulo de deuda histórica, España, no podrá seguir adelante como nación. Hace falta una reconciliación con este pasado y superar esta oscuridad, si no queremos volver a enfrentarnos con la misma bestia pero ahora más atroz, por ser reprimida por cuarenta años, tiempo en el que ha ido creciendo cada vez más, silenciosa y clandestinamente, en el inconsciente de nuestra nación, y pueda estallar de nuevo. Como así creía Jung, cuando profetizó la llegada de la primera y segunda guerra mundial, al descifrar este código, esa misma enfermedad, en la psique colectiva del pueblo alemán en ese caso.

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