lunes, 6 de abril de 2015

Canto a la vida

¿Qué es la vida sin el aprendizaje? Vivir plenamente sin cobardía es la única ley universal que todo humano debería de seguir. Nietzsche sabía esto. Y por eso, prefiero vivir, elijo vivir.

  Prefiero morir en el intento y arriesgarme, que vivir con el que pudo haber sido. Prefiero enamorarme y que me rompan el corazón mil veces, que solo dejarme llevar por los placeres de la carne y no conocer jamás lo que es el amor. Prefiero equivocarme una y otra vez intentando algo en lo que creo, que quedarme estancado en el placido remanso del río. Un río sin aguas turbulentas sería demasiado aburrido. Prefiero sentir el fuerte latido de mi corazón en el pecho y llorar, que vivir sin ningún sentimiento, ajeno a todo. Prefiero cabrearme, enfurecerme y gritar, que simplemente estar. Prefiero sufrir durante el viaje, tener heridas, sentir dolor y el frío viento golpeando mi rostro, ampollas en los pies y el cansancio de un largo e impredecible recorrido, que caminar por la senda seguro, ya conocida, sin ningún obstáculo y sin sufrimiento alguno. Prefiero reconocer que tengo miedo, que creer no tenerlo y vivir siempre con él como lastre pesado.

  Aprendí que se aprende más de los errores y del sufrimiento que de cualquier libro. Aprendí que se aprende más de otras personas que de cualquier película. Aprendí que se aprende más de uno mismo que de cualquier documental. Aprendí que caerse es el único camino, pues es la única forma de aprender a levantarse.

  Mil demonios dentro de uno mismo combaten y, las distintas personalidades con sus egos propios, todas queriendo tomar protagonismo. El humano singular y extraño es. Pero esa lucha eterna camino también es.

  Prefiero ser un Demian, un Siddhartha, un Harry Haller, un Winston Smith, un Drive...que seguir a la masa cobarde. Prefiero forjarme a mi mismo y a mi propia moral, tener mi propio credo y mi propia religión, que seguir a alguna de las burdas religiones que han infectado el alma del hombre. Prefiero tener espíritu, luz y alma propias, que ser neutro y seguir la corriente del rebaño. Prefiero la eterna lucha, la contradicción y la infinita confrontación, que simplemente asentir con la cabeza y no hacer nada. Prefiero ser consciente y sentirlo todo, que ser un ignorante. Pues la ignorancia es la peor de las enfermedades.

  Vivir intensamente cada instante pero con respeto, responsabilidad y amor a uno mismo y a los demás. Saltarse las normas establecidas para crear algo nuevo y perseguir los sueños. Por eso admiro al poeta, al filosofo o al artista como máximas aspiraciones en la vida, como los iconos reales, pues ellos ya sabían lo que significa vivir. Admiro al creativo y al acto de la creación, es la fuente de la esperanza de un mañana. Admiro la inocencia del niño, y la sabiduría de anciano, ellos son los verdaderos maestros de los que debemos aprender. Admiro al autentico guerrero que lucha eternamente por lo que cree. Y admiro al valiente que reconoce tener miedo. Este paso el primer paso para conocerse a uno mismo.

  Prefiero perderme y así poder encontrarme, que creer que siempre me había conocido, que nunca estuve perdido o solo. Prefiero correr por la montaña solitaria que por el asfalto de lo ya preestablecido. Prefiero desviarme del camino, saltar los muros y las vallas. Prefiero conocer cada paisaje, paraje y caminante que se me presenta y, siempre seguir adelante, que regocijarme en un solo tramo del camino o caminarlo tan rápido que no vea lo que de verdad me ofrecía el sendero. Prefiero viajar para aprender del viaje, que solo hacerlo por un destino. Prefiero conocer a gente totalmente diferente y que me enseñen algo, que conocer a gente que son como yo y de los que no aprender nada. Prefiero la diversidad y la diferencia y la amo y, sin cobardía, reconocer que somos diferentes, todos, y no iguales como quieren hacernos creer. Pues lo bonito en este viaje que llamamos vida es la diferencia y es esta diferencia de la que realmente se aprende.

Elijo soñar, elijo vivir, elijo amar y elijo aprender. Y si para eso tengo que sufrir, llorar, equivocarme y caerme, bienvenida sea la vida, pues sería negar la verdad. La belleza de la vida es que cada instante es distinto, único e irrepetible, cada tramo, cada centímetro del camino, cada piedra, cada valle...

1 comentario:

  1. Elegir viajar, soñar, explorar, naturaleza, salud, etc... Es vivir. Gran reflexión :)

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