domingo, 17 de julio de 2016

Luz vs Oscuridad

Analizando de donde viene esa guerra a la que en anteriores veces me he referido. Esa lucha eterna tan antigua como el universo, que ya nació en la noche de los tiempos, empiezo a comprender su origen.    

     Las diferentes expresiones religioso culturales, filosofías y mitos, ya nos han hablado de ello con distintos nombres. Aún así, Joseph Campbell acierta en que es la misma historia, el mismo "mito" repetido una y otra vez. Es la historia más antigua, como en la magnífica obra con tintes junguianos True Detective, en esa conversación entre los personajes principales Rust y Martin, ya al final. O en el clásico televisivo de David Lynch, Twin Peaks. Se trata de la batalla entre la luz y la oscuridad, el yin y yang, lo que las religiones resumen con los conceptos del bien y el mal, que desde una perspectiva más amplia, no es más que la eterna dupla Vida y Muerte. Ese es el verdadero origen y que en definitiva se puede resumir en: El Amor y El Miedo. De esta dualidad nacen todo el resto de las manifestaciones humanas, recogidas en su cultura y ciencias. El orden que lucha contra la entropía a la que tiende de forma natural el universo.     

     Si nos adentramos en estos conceptos y ahondamos un poco, intentando responder a estas cuestiones, nos damos cuenta que lo que llamamos amor, es en realidad la lucha de la vida por permanecer, por sobrevivir ante el caos al que tiende el universo. Ante el vacío al que este pretende extenderse, en su expansión acelerada e imparable, y tal vez eterna. Es toda una fuerza que lucha en contra, una fuerza inconmensurable y que resiste pese a los obstáculos. En batalla con un verdadero titán cósmico. Y que es la muerte sino lo contrario. Es esa oscuridad a la que se extiende el universo. Es la no-vida. Es así, la lucha de los contrarios, la eterna dupla, de la que emana y nace toda la emoción y sentimientos humanos, como representación de algo que subyace en las profundidades, algo tan antiguo como el origen de la vida. Así, la vida es amor y la muerte es el miedo. Porque la muerte no es más que una sombra desconocida, un abismo que se abre a dimensiones inesperadas, y la primera emoción, ante lo que no se conoce es el miedo. Así tenemos, que lo que se atribuye como el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el amor y el miedo, es la guerra de la vida abriéndose paso, pese a las negruras del derredor, pese a esos oscuros horizontes infinitos.    

     Así, ya en las primeras bacterias, en los primeros organismos unicelulares, que son los ladrillos de la vida, cuando ya medraban y flotaban en la sopa primigenia, ya tenían dentro ese impulso. De acercarse e interaccionar con otras células, para sobrevivir ante unos ambientes caóticos y hostiles, y eso no es otra cosa que amor. Vida y amor, van cogidos de la mano, pues es el instinto, la pulsión ancestral, la fuerza que busca permanecer y perpetuarse. Y así hicieron estas células, evolucionando para llegar a nuestros días. Y eso hacemos, sobrevivir y para eso es necesario el amor. Como los lazos que unen la madre con el hijo, el amor tal vez más grande. En esencia, el mismo impulso de aquellas primeras células, que se juntaban con otras para sobrevivir, ya en el primer océano de la Tierra. Y en el otro lado, la muerte al acecho, el hades con el mismo Caronte esperando. La metáfora, de la puerta oculta que se abre cuando damos el último suspiro. Del miedo a este momento, nacen todos nuestros males, pues en vez de aceptarla y estudiarla, creamos los muros que ahora son nuestro castigo. Los muros que nos esclavizan y crean toda esa violencia y maldad, que ocultas bajo ideologías y religiones, una y otra vez vuelven, para regresarnos a esa oscuridad. Y mientras no se llegue al equilibrio, a la aceptación de este lado oscuro, de este miedo y, del hecho fundamental de la muerte como sentido de la vida, pues sin muerte no hay vida, ni vida sin muerte, pues es la pareja de los contrarios, la dupla inseparable. Estaremos condenados como sociedad, como especie, a la repetición eterna y macabra de este síndrome, al negar esa parte de las sombras que a cada uno nos acompaña. 

     Este corto ensayo trata un tema muy importante, tal vez el más importante de todos, de forma muy superficial pero intentando tocar esa fibra, que esta dentro de todos nosotros y que está impregnada de esta esencia dual. Como individuos, pese a todos los artilugios que hemos creado para ocultar esa verdad y que nos confunden, en el corazón de cada humano y no solo humano, ocurre esta lucha. Incluso cuando observo el ojo oscuro de una joven pardela, al borde del acantilado, a punto de realizar su primer vuelo, para viajar a mares lejanos, puedo ver esa pulsión, esa fuerza en sus profundos y oscuros ojos. El deseo de vivir, el deseo de amar. 

Buenas noches mis amigos y espero haceros pensar con mis palabras. 

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